El Glaucoma no suele presentar síntomas en las primeras etapas de la enfermedad, sin embargo, más adelante, pueden aparecer defectos en el campo visual o pérdida progresiva de la visión. Es por eso que la detección temprana y el tratamiento adecuado son muy importantes para contrarrestar sus efectos.
Tipos de glaucoma
Son tres grupos principales:
- Glaucomas primarios.
- Glaucomas secundarios.
- Glaucomas congénitos y de la infancia; de estos últimos un signo importante serían los ojos muy grandes en los niños afectados.
Síntomas
Suele llamarse al Glaucoma como “el Enemigo silencioso” ya que muchas ocasiones no presenta síntomas. Los glaucomas crónicos (que son la mayoría) suelen ser asintomáticos: una persona puede portar la ceguera sin notar alteraciones en su visión en las primeras etapas de la enfermedad.
Únicamente los glaucomas agudos producen síntomas claros: dolor, enrojecimiento y disminución súbita y severa de la visión.
Es muy importante la realización de chequeos periódicos especializados para prevenir la enfermedad puesto que se puede controlar la progresión del daño.
Tratamiento
El especialista debe determinar el mejor tipo de tratamiento para el paciente dependiendo de la edad, el tipo de glaucoma y el grado de desarrollo del mismo. Cuando la patología se detecta a tiempo se puede prevenir o controlar y por lo tanto evitar la ceguera.
Gotas: Son recetadas bajo fórmula médica, disminuyen la presión al interior del ojo al reducir la producción de líquido y facilitar su circulación por los vasos.
Láser: Es ordenada por un médico y sirve para disminuir la presión ocular al igual que las gotas.
Cirugías: En caso de una obstrucción se hace necesaria una intervención quirúrgica para abrir la pared del ojo y permitir que el fluido salga por ella. Otra opción es realizar un proceso llamado derivación , en el cuál se implanta un tubo para que el fluido del ojo evacúe por éste.